Isaías 6.6-7, “6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas; 7 y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado.”
Si hay otro atributo por el cual debemos adorar a Dios es por su compasión.
En estos versículos podemos junto a Isaías contemplar la compasión del Rey santísimo después de que su santa ira fue manifestada debido a la presencia de un pecador en el templo celestial.
En el v.4, notamos que cuando los cimientos de las puertas del templo comenzaron a estremecerse y todo el lugar se lleno de humo Isaías clamó y se lamento por sí mismo ya que sus ojos habían contemplado al Dios santísimo siendo él un hombre de labios inmundos viviendo también en medio un pueblo de labios inmundos. Él comprendió que en breves momentos sería destruido y lo expreso con las palabras: “Perdido estoy, o en breve estaré muerto”
Al parecer en ese momento cuando Isaías estaba resignado a ser el objeto de la ira y la justicia de Dios ¿Qué es lo que recibe?
LA COMPASION DEL REY COMPASIVO.
En vista de esto dos preguntas vienen a mi mente:
La primera: ¿Qué de manera Isaías pudo contemplar la compasión del Señor? Y la segunda pregunta: ¿Cómo pudo Dios manifestar compasión con Isaías cuando lo que merecía era la destrucción debido a su inmundicia?
LA COMPASION DE DIOS SOBRE ISAIAS
En cuanto a la manera en que Isaías contempló la compasión de Dios debemos decir que fue cuando uno de los serafines voló hacia él con un carbón tomado del altar celestial con unas tenazas y con el tocó sus labios y le declaró que debido a esto su iniquidad había sido quitada y su pecado perdonado.
¿Y ante esto qué deberíamos decir?
Deberíamos decir ¡Gloria al Rey Soberano, Sublime y Santísimo, pues él no solo se aíra por el pecado sino que tiene misericordia de los pecadores!
Este acto de compasión me recuerda las palabras del mismo Dios en Éxodo 34:6-7,
“6 Entonces pasó el Señor por delante de él (Moisés) y proclamó: El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad; 7 el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.”
Estas palabras fueron declaradas por el mismos Dios cuando Moisés subía por segunda vez a la presencia de Dios en el monte Sinaí para recibir de nuevo los diez sobre las dos tablas de piedra que Moisés tuvo que labrar debido a que había quebrado las primeras después de ver al pueblo adorando al becerro de oro.
En vista de que Dios volvería a escribir sus diez mandamientos, él mismo declaró lo compasivo, clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, abundante en fidelidad, la misericordia que tiene de millares, como perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado de los hombres.
¿Y qué podemos decir nosotros ante esta declaración?
Pues una vez más ¡Sea el nombre de Jehová bendito desde la eternidad hasta la eternidad! ¡que su nombre sea engrandecido por todas las generaciones, amén!
Hermanos conozcamos y recordemos la esencia del Dios que no solo nos ha creado sino del Dios que a pesar de que lo traicionamos no cambia porque es fiel; no consume inmediatamente porque es lento para la ira, no castiga inmediatamente porque es compasivo, clemente y misericordioso con millares; no condena a todos los hombres porque perdona su iniquidad, su transgresión y pecado.
Y una vez más ¡Gloria a Dios!
¿Cómo no hemos de alabar al Dios que nos ha mostrado compasión cuando lo que tenia que derramar sobre nosotros era todo el ardor de su ira a fin de reivindicar su justicia dándonos lo que merecemos por nuestros pecados?
Por esto le alabaremos por toda la eternidad.
Sin embargo, nos falta una pregunta por contestar, ¿Por qué Dios fue compasivo con Isaías cuando debió destruirlo por su pecado? Es decir, si Dios fue compasivo con un pecador culpable ¿Acaso Dios no dejó de ser justo porque no le dio lo que merecía?
Esta ultima pregunta es una realidad, pues cuando un juez absorbe a una persona culpable en una corte este juez queda con una reputación de corrupto y violador de la ley.
¿Entonces dejo Dios de ser justo por tener compasión de Isaías en vez de destruirlo?
La respuesta es: ¡Claro que no!
¿Por qué? Por dos razones:
RAZONES POR LAS CUALES DIOS ES JUSTO Y COMPASIVO
En primer lugar, Dios no fue injusto, pues Dios actuó en respuesta al clamor de Isaías el cual clamó por sí mismo reconociendo la inmundicia de sus labios y la inmundicia de los labios de los ciudadanos de su nación.
Y aquí recordamos las palabras de David en el salmo 51:17, “…al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.”
De manera que Dios siempre otorgará su compasión y perdón a todos los que reconozcan sus pecados y los confiesen solo a él en oración.
Ahora bien, ¿Solo por esto puede Dios perdonar al pecador? Es decir, ¿Puede un juez absorber del castigo que merece un ciudadano que ha violado la ley solo porque reconoce que hizo mal y pidió perdón?
De ninguna manera. Pues un juez justo debe ser imparcial e implacable haciendo cumplir la ley y dando a los encontrados culpable lo que la ley dicta que deben recibir debido a sus delitos.
Entonces, ¿Cómo pudo Dios perdonar a Isaías de sus pecados sin dejar justo y quebrantar su propia ley? ¿Será que Dios como hacedor de la ley puede violar su propia ley?
Absolutamente no. Pues por su veracidad, integridad y santidad Dios no puede bajo ninguno circunstancia quebrantar su propia palabra pues entonces seria mentiroso, y Dios es la verdad.
Entonces, ¿Cómo pudo Dios ser a la misma vez compasivo y justo con Isaías?
Si ustedes se fijan, aquello con que el serafín tocó los labios del profeta fue un carbón encendido tomado del altar con unas tenazas.
Es decir, fue por el poder purificador de este carbón encendido que la iniquidad y la transgresión de Isaías fue quitada y perdonada.
Y aquí nos preguntamos: ¿Pero desde cuando Dios había señalado que la iniquidad y el perdón de los hombres serian quitados cuando fuesen tocados por un carbón encendido?
Pues en ningún lugar. Entonces ¿Qué significa esto?
Lo que esto significa es que este carbón tomado del altar es un cuadro que sirve como símbolo para representar tanto la persona como lo que tenia que suceder a fin de que los hombres de todas las generaciones pudiesen ser perdonados de sus pecados.
Lo primero que nos informa este cuadro es que si hay un carbón encendido en un altar celestial, es porque un sacrificio tuvo lugar en los cielos.
Recuerde que esto era una visión y una visión es un anuncio de las cosas que pasan y pasarán.
En ese momento Isaías contemplaba como los ángeles día y noche adoran al que esta sentado en el trono, pero a la vez veía un cuadro de lo que acontecería con respecto a la salvación de los hombres.
Pues para salvar a los hombres era necesario que Dios derramara toda su santa ira sobre un inocente que tomara el lugar de los pecadores, solo así Dios seguiría siendo justo porque castigó los pecados del pecador aunque un inocente tuvo que tomar el lugar de los pecadores.
Esto no era algo extraño para los judíos pues todas sabían que Dios había establecido el sistemas de sacrificios en el templo terrenal, donde para ser perdonados los hombres llevaban un corderito completamente sanó y lo sacrificaban en nombre del pecador para el perdón de sus pecados.
¿Por qué? Porque Dios ha establecido que la paga del pecado es la muerte (Rom.6:23) y que sin derramamiento de sangre no hay perdón (Heb.10:22)
De manera que Dios pudo perdonar a Isaías de su pecado y al mismo tiempo ser justo con él, porque de antemano había planificado dar muerte al Cordero sin mancha y sin contaminación que quita el pecado del mundo.
Este cuadro del carbón encendido tomado del altar con unas tenazas es solo un cuadro que apunta a Jesucristo, el Hijo de Dios.
Jesucristo es el Rey Soberano, el Rey Sublime, el Rey Santísimo, el Rey airado pero también es el Rey compasivo que manifiesta su compasión con los hombres tomando nuestro lugar como objeto de la ira de Dios.
Si Dios puede perdonar a los pecadores que se arrepienten no es solo por sus peticiones sino porque él mismo tuvo que matar a su Hijo eterno para poder saciar su justicia y santidad, y así poder castigar al pecado por lo pecaminoso e irreverente que es, pero este perdón como te has fijado ha tenido el mas alto de los sacrificios de la Deidad.
NO HAY NADIE COMO DIOS
Hermanos no hay nadie como nuestro Dios y como nuestro Cristo, jamás nadie en la historia del cosmos nos ha demostrado un amor tan grande como nuestro Trino Dios; jamás nadie hará tal sacrificio por pecadores merecedores del castigo eterno.
Por esto amados hermanos es que nuestro Dios merece nuestra alabanza y servicio por toda la eternidad, pues no hubo, no hay, y no habrá nadie como él.
Isaías estaba esperando el justo juicio por sus pecados, sin embargo, lo que recibió fue la compasión de nuestro maravilloso Rey Jesucristo.
¿Cómo estaría en corazón de Isaías en ese momento? ¿Qué haría él ante tal hazaña de Dios?
¿te gustaría saberlo? Pues en la próxima meditación veremos la respuesta de Isaías ante la compasión de Dios.
Sin embargo, debemos reflexionar sobre lo que Isaías contempló en estos versículos.
Y me gustaría preguntarte:
¿Acaso has sido objeto de la compasión de Dios?
Pues si es así alábale y sírvele por siempre.
¿Lo harás?
Él lo merece porque es el Rey compasivo.
¡Bendiciones miles!