Isaías 6.8, “Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.”
¿Cómo se sentiría un ex estudiante de diplomacia o relaciones internacionales si un día común y corriente es llamado por su gobierno para ser embajador de su país en una nación extranjera?
Seguro sería uno de los días más extraordinarios de toda su vida.
Algo muy parecido es lo que ocurre con Isaías en este versículo.
Pues inmediatamente después de que fue limpiado de su iniquidad, y perdonado de su pecado, él escucho la voz del Señor que preguntaba: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
LA OFERTA QUE ESCUCHO ISAIAS
Es decir, Isaías estaba escuchando la oferta más extraordinaria que oídos humanos puede jamás escuchar.
Isaías había sido servidor en la corte del rey Uzías, y esto era algo muy importante, sin embargo, ahora no estaba recibiendo la oferta de seguir sirviendo en el reino terrenal, sino que estaba escuchando que el Rey Soberano, Alto y Sublime, Santísimo, Justísimo y compasivo estaba preguntando quien lo podía representar en la tierra.
Y hermanos ¿Cómo fue que Isaías pudo oír la voz del Señor?
Inferimos que esto pasó debido al toque en sus labios de aquel carbón encendido del altar.
Efesios 2:1, hablándonos de Cristo nos dice: “Y él os dio vida a vosotros cuando estabas muertos en vuestros delitos y pecados.”
En Isaías 6.5, él reconoció que estaba muerto o que pronto estaría muerto. Nos inclinamos a pensar que él estaba hablando de que pronto perdería la vida físicamente, pero en realidad ya desde antes estaba muerto espiritualmente.
Sin embargo, lo grandioso del poder de Dios, es que es capaz de hacer cosas tan radicales como dar vida a lo que estaba muerto, y en ese momento del toque purificador, Isaías recibió la vida espiritual que necesitaba para poder escuchar la voz de Dios.
Así que si Isaías pudo ver a Dios fue porque primero Dios se le auto reveló en esta visión, y si pudo escucharle fue porque Dios le dio vida cuando estaba muerto espiritualmente.
¿Y qué escuchó?
LA OFERTA DEL SEÑOR
Escuchó al Señor mismo preguntando a quién enviaría y quién iría como su embajador con una misión extraordinaria.
Entonces al escuchar esta oferta después de haber visto la grandeza y piedad de este Dios tres veces Santo, Isaías manifestó dos cosas:
LA RENDICION DE ISAIAS
En primer lugar, manifestó una rendición de su voluntad para vivir según los deseos de Dios.
¿Cómo lo hizo?
Lo hizo con las palabras: “…heme aquí…”
Estas palabras expresan que Isaías había entendido que no había una cosa más maravillosa en todo el universo que poder ser un embajador del Rey de los cielos; Isaías estaba renunciando a su voluntad para abrazar la voluntad de Dios, en el caso de que Dios aceptara su rendición.
EL DESEO DE ISAIAS
Lo segundo que Isaías manifestó fue su deseo.
¿Cómo lo hizo?
Con las palabras: “…Envíame a mi…”
Estas palabras expresan que Isaías no solo había rendido su voluntad, sino que ir en nombre de Dios era un anhelo y deseo de su corazón.
Las Escrituras en 1 Timoteo 3.1, nos dicen que aquellos que anhelan el obispado buena obra desean.
En algunas ocasiones he escuchado a personas decir que el ministerio no se desea, sin embargo, aunque ciertamente fue el sentimiento de algunas personas antes de ser llamados después de haber contemplado la gloria de Dios de alguna manera, fueron cautivados por la persona y obras de Dios de una manera tal que ya no pudieron anhelar otra cosa que no fuese servir a ese maravilloso Dios.
En su libro “Una iglesia conforme al corazón de Dios” el pastor Miguel Núñez dijo:
“¿Cómo sabe un líder que ha recibido un llamado de parte de Dios? Dios pone en nosotros tanto el querer como el hacer (Fil.2:13). Desde el momento en que esa persona recibe el llamado de Dios, solo “sueña” con llevar a cabo aquello que Dios ha puesto en su corazón y no se siente satisfecha hasta que lo inicia. Cuando un líder vive gozoso sin estar haciendo aquello que él entiende que Dios le ha llamado a hacer, sin duda alguna que él se habrá equivocado en ese llamado. En otras palabras: si alguien se siente llamado a ser pastor, pero vive feliz sin serlo, esa persona no ha sido llamado a pastorear; porque una persona con un verdadero llamado a pastorear no se sentirá satisfecho hasta que no comience a oler a ovejas.”
De manera hermanos que cuando Isaías escuchó la oferta de ser enviado como embajador o profeta de Dios, él no dudo en expresar tanto su rendición como su deseo de hacer la voluntad de Dios.
Hermanos después de que el Señor se nos ha auto revelado en el evangelio y nos ha mostrado las riquezas de su gracia al salvarnos ¿Qué otra cosa puede ser mas interesante que servir al Rey de reyes y Señor de señores?
¿En qué otro trabajo encontraremos mayor sentido y satisfacción que no sea en el reino de los cielos?
Hermanos no hay nada más glorioso que servir al Rey de reyes.
Ahora bien, ¿Significa esto que todos podemos recibir el llamado a ser pastores o ministros de la palabra de Dios?
Bueno, según las Escrituras ser pastor es otro de los dones espirituales que el Espíritu Santo da según su voluntad, y la verdad no todos somos pastores en la iglesia.
En vista de esto ¿Cómo pueden los que no son llamados al pastorado o algún tipo de liderazgo eclesiástico aplicar las enseñanzas que hemos visto en esta meditación?
Podemos hacerlo transformando nuestra cosmovisión de las cosas que Dios nos ha dado como vocación y llamado para hacer.
Por ejemplo, si antes éramos empresarios que solo buscábamos el engrandecimiento de nuestro propio nombre y reputación, ahora podemos ser empresarios que busquemos el engrandecimiento del nombre de Dios y la extensión del evangelio usando nuestra empresa como una plataforma donde los propósitos de Dios revelados en sus Escrituras sean proclamados, y esto podemos aplicarlo en todos los ámbitos de trabajo que tengamos.
Fue como alguna persona dijera en su momento: “Dios llama a hombres para enviarlos a una misión evangelista en lugares inhóspitos. Sin embargo, ¿Cómo llegará el misionero a tales lugares si para llegar hace falta la construcción de puentes que les den accedo a dichas comunidades? Por esto Dios no solo llama a evangelistas sino también a arquitectos, ingenieros, obreros y creyentes que puedan tanto diseñar el puente como dirigir, construir y solventar los gastos para la construcción del puente que se necesita para que los misioneros lleguen hasta esos lugares.”
Así que tú también puedes transformar tu vocación y oficio para que este rendida a los deseos y la voluntad de Dios.
Amado hermano ¿Hay algún otro Dios más grande, hermoso, santo, justo, y compasivo que nuestro Dios? claro que no.
LO QUE TIENE SENTIDO
¿Acaso tiene sentido vivir para nuestros propios sueños antes que por los deseos del Dios del universo?
Querido hermano ¿Cómo estabas antes del COVID-19? ¿Vivías para ti mismo o vivías para Dios?
Posiblemente en este tiempo has entendido que lo único que tiene sentido en esta vida es vivir para la gloria de Dios y la extensión de su reino.
Así que espero que desde hoy en adelante puedas manifestarle a Dios que te rindes a su voluntad y que deseas servirle según sus designios.
Y si no tienes este sentimiento, pues ora que Dios te abra los ojos de tu entendimiento; ora que su Espíritu ilumine tu mente y tu corazón para entender la auto revelación que Dios ha hecho tanto de si mismo como de sus planes en las sagradas Escrituras.
En estos versículos vemos cómo Isaías contempló a Dios como el Rey que llama y él aprovechó la oportunidad manifestando su rendición y deseo. ¿Y tú qué harás después de escuchar estas palabras? ¿Responderás cómo Isaías o seguirás viviendo para ti mismo?
¡Bendiciones miles!